poemas

*Feliz Cumpleaños en la Distancia* Hoy es tu cumpleaños, aunque ya no estés aquí, el tiempo nos llevó lejos, pero aún me acuerdo de ti. No compartimos caminos, la vida nos separó, pero en mi memoria quedas, como un susurro, una canción. No hay rencores ni reproches, solo queda la distancia, y un cariño que en silencio se ha vestido de nostalgia. Hoy celebro desde lejos que cumples un año más, aunque no se crucen nuestras vidas, en mi mente siempre estás. Que la dicha te acompañe, que la vida te sonría, y que encuentres en tu senda toda la paz que merecías. Así que, feliz cumpleaños, aunque ya no estés conmigo, en este rincón lejano te deseo lo mejor, Güerita

*El amor que no pudo ser* Intenté cerrar las puertas, blindar mi corazón herido, no dejar que entrara el eco de un cariño ya perdido. Me dije, *"No te enamores"*, pon barreras, sé consciente, que el amor es traicionero, y duele más que la corriente. Te vi llegar sin aviso, una tarde gris de enero, como quien pasa sin prisa, como un soplo pasajero. Eras luz entre las sombras, una flor entre el desierto, y aunque yo me prometí no caer, me vi envuelto. Tu risa era melodía, tu voz, calma en el tormento, cada palabra tuya, un nuevo universo abierto. Luché contra el impulso, me resistí con el alma, pero tu mirada honda me arrebataba la calma. Los días pasaron lentos, mi corazón, a destiempo, y lo que antes era paz se volvió un sentimiento inmenso. Te buscaba en cada esquina, te soñaba en el silencio, me perdía en ilusiones que nacían sin remedio. Te quise como quien sabe que el amor no es correspondido, como quien se ahoga en sueños que jamás serán cumplidos. Intenté guardar distancia, te veía y sonreía, mientras mi pecho, en secreto, se rompía cada día. No es tu culpa, nunca ha sido, fue mi corazón ingenuo, que en su terquedad eterna te entregó su amor sincero. No pudiste, no quisiste, no hubo culpa en tu mirada, solo el destino jugando una partida mal trazada. Ahora guardo en mi memoria el amor que no pudo ser, el que nació sin permiso, sin siquiera un porqué. Sigo andando por el mundo con tu risa en la distancia, recordando que el amor, aunque duela, es esperanza. Y aunque no estés a mi lado, aunque nunca me quisiste, te agradezco haber sido el amor que nunca fuiste.

*A Gloria, que brilla sin querer* Gloria, aunque no te guste el nombre, llevas luz en cada paso, eres alta, delicada, como el viento suave y raso. Exquisita, en cada gesto se dibuja tu presencia, tu hermosura es un secreto que transforma la existencia. Tus ojos, tan profundos, como espejos de un destino, guardan mundos escondidos en un brillo cristalino. Bajo esos lentes, discretos, se oculta tu inteligencia, y aunque distraída a veces, tu dulzura es la evidencia. Güerita, como el sol de otoño, iluminas con dulzura, y en cada risa, tan tierna, hay destellos de ternura. Tu cabello corto, libre, es un canto a la verdad, pues en ti no hay artificio, todo es pura claridad. Dedicada en tu empeño, en cada cosa que tocas, tienes magia en cada gesto, y en tus manos, paz convoca. Gloria, aunque no te guste, es un nombre que te eleva, porque eres un poema que al corazón renueva. No es el nombre lo que importa, es la esencia que tú das, y aunque no lo quieras llevar, tu ser siempre brillará. Porque Gloria eres sin nombre, sin título ni canción, eres luz que, sin quererlo, enciende cualquier rincón

*El Dilema de Amarte* El problema no es quererte, eso nació sin permiso, como un río entre las piedras, como un sol sobre el abismo. El dilema es que te miro y no hay rastro de retorno, es querer tocar el cielo cuando el cielo es solo polvo. No es que duela el intentarlo, duele más que no lo entiendas, que mientras yo me deshago, tú caminas sin ofrendas. El problema no es que faltes, es que te siento tan cerca, y aunque sé que no me miras, me alimenta la esperanza. Es el peso de los días que me arrastra entre tus huellas, es querer hallar tu rastro donde solo hay luna llena. El dilema no es la espera, es que espero sin saberlo, que en tus ojos no hay promesa y aún así busco un reflejo. El problema no es amarte, es que en mí todo se enreda, es un hilo interminable que me atrapa en su madeja. Contradicción hecha carne, soy la sombra de mi anhelo, y aunque sé que no hay futuro, te persigo por el suelo. El dilema es que me pierdo en tus ojos, en tu risa, aunque sé que no me buscas, en mi pecho hay una prisa. El problema no es quererte, es que el amor es extraño: uno sueña con la luna y se estrella contra el daño. Y aunque sé que no me quieres, yo me aferro a la mentira, porque el problema no es tu ausencia, el problema es que me inspiras.

*Despedida Sin Recelo* Sé que no me quieres, y tal vez ya me has olvidado, pero yo, en mi silencio, jamás te he dejado de lado. No te sientas mal por ello, el amor no siempre se queda, voy a seguir mi camino, aunque me duela esta ausencia. Si alguna vez el destino decide volvernos a unir, no seré yo quien controle lo que pueda entonces surgir. Y si me olvidas, no importa, no soy dueño de tus días, solo espero que mis huellas no te evoquen agonías. Que si alguna vez me piensas, no lo hagas con desagrado, yo prefiero ser el eco de un recuerdo que ha pasado. Este es mi último gesto, sin intención de incomodarte, gracias por lo que fuiste, sin reproches ni alardes. Te dejo libre en tu cielo, yo seguiré en mi sendero, y si el futuro conspira, será él quien trace el vuelo.